26/9/11

Uno de los regalos más grandes de mi vida


Como ya he dicho alguna vez, tengo alrededor de 40 peldaños para acceder a mi casa, aunque todavía los subo con la ayuda de mi mujer, ya me he asustado varías veces , incluso hubo algunos días en los que me caí, pues bien, no tenía la posibilidad de poner ningún sistema de elevación en mi casa, y todo debido a mi mala situación económica.
Llevo cerca de once años pagando una hipoteca, que corresponden a quince millones de las antiguas pesetas, de un mal trato que hice (a lo hecho pecho) y otra mayor de un edificio completo compuesto por dos pisos, un sotano, un comedor restaurante y un bar, el cual trabajábamos mi mujer y yo desde entonces, con más o menos dificultad lo hemos ido pagando durante todo este tiempo; pero desde octubre del 2010 se nos complicaron un poco más las cosas, este mismo mes tuve que dejar de trabajar y al mismo tiempo mi mujer, ¿quién me iba a decir a mi que con 35 años, iba a estar jubilado y con una minusvalía del 75 %?, por lo que ahora no me financian nada, y no podemos instalar una silla salvaescaleras. Nunca en todo el recorrido de mi vida perdí mi sonrisa, hasta los últimos días en los que me caí, estos últimos días vi cómo 40 peldaños me separaban del mundo exterior, y así mismo de la felicidad, felicidad y sonrisa que volví a recuperar cuando un día después de llegar a la sala de rehabilitación, mi mujer y ángel de la guarda, comentó el problema que habíamos tenido en la bajada del piso, y ella dijo que así no podíamos seguir que si hacía falta iría de casa en casa pidiendo para poder instalar la silla ya que lo último que ella iba a permitir es que yo me quedara en el piso sin poder salir a la calle; sin terminar el comentario, todos los que se hallaban presentes se ofrecieron a colaborar y organizar un festival benéfico para recaudar el dinero necesario,( Uno de los regalos más grandes de mi vida),evento que dará comienzo a las 18:30 de la tarde del doce de octubre de 2011. 
Tengo la posibilidad de trasladarme a la vivienda de mi madre, ya que esta en planta baja, pero habría que hacer una gran cantidad de obras para adaptar el patio y el baño, con un gasto aproximado al de la silla, (¡y cómo en casa  de uno, en ningún otro sitio! ¿verdad?) .
Quiero agradecer a todos los artistas, colaboradores y conocidos la ayuda que nos han ofrecido,
Sin ellos no sería posible.


8/9/11

¡ Un veranito muy movidito.!



Hola a todos.
No he escrito antes, porque lo que parecía que iba a ser un verano monótono y aburrido, se convirtió en todo lo contrario, un veranito muy movidito.
A mediados de julio, empezaron las invitaciones, todo tipo de ofertas, desde un día en el campo, la playa, salir a tomar algo, incluso a un parque acuático; he tenido tiempo para todo, menos para el ordenador, empezando con mi nuevo amigo Miguel y su mujer, que nos han invitado a mí y a mi familia a tomar algo en un bar que tenemos muy cerca de casa, también tuvimos la oportunidad de pasar un día en su casa de campo, donde yo disfruté como un niño pequeño, tanto hablando con todos, como viendo a mis hijas bañándose en la piscina y como no, con la cerveza, porque no podía negar, que me gusta la cerveza como a un tonto un lápiz (y como en los andares no me lo van a notar …)
Seguidamente, llegó mi antiguo amigo Lalo, con el que hemos pasado varios días en su casa de campo, cerca de Torres, donde también no lo pasamos muy bien, sobre todo, porque es uno de los que no me han abandonado, al revés, está más cercano que antes de mi enfermedad. Allí las niñas, lo pasaron muy bien, con sus dos hijos, bañándose en una piscina infantil, donde al final del día terminaron todos los mayores, donde se iban tirando unos a otros, y como no, yo también, eso sí, lo hicieron con más delicadeza.
Otro de los días, nos invitaron a un parque acuático, donde yo acepté ir sin saber muy bien por qué, ¿qué iba yo a hacer allí? Pues bien, lo hice por todos los demás, y por no negar la invitación del tito Juan, otro gran amigo. Cuál fue mi sorpresa, nos encontramos con unas instalaciones totalmente acondicionadas y accesibles, donde los socorristas estaban dispuestos a tirarme por los toboganes, esperarme abajo y sacarme, (pero me acojoné), no obstante disfruté muchísimo, tanto viendo a mi mujer y mis hijas como se tiraban, así como yo, que me puede meter en la piscina grande, pues tiene una entrada tipo playa. (Después de aquello, volvimos  varios días, una de ellos con mi Madre, Hermana y otro amigo).


Estando allí, recibimos una desagradable llamada al teléfono, que hizo que nos trasladáramos a Vitoria, donde tuvimos la oportunidad de estar cerca de la familia, y así conocer al marido de mi prima Askoa, (Aitor), ya que en Junio no pudimos acudir a su boda, porque mi mujer tenía los exámenes de las oposiciones en esa fecha. Una vez pasado el desagradable encuentro, decidieron que nos quedáramos a pasar unos días juntos, nos acoplamos invadiendo la casa de Mari Carmen (mi tía), a la que me gustaría agradecer su hospitalidad, al igual que a mis primos y a sus respectivos cónyuges, entre todos hicieron que pasáramos unos días muy agradables, a pesar del motivo de nuestra llegada a Vitoria. Uno de los días, Aitor nos llevó a ver la casa de campo de su familia, donde vive su Madre y donde tiene una cuadra con varios caballos, potros y yeguas, este día todos tuvieron el placer de montar a un gran semental llamado Sugar, (mi tía, Madre, primos, mujer e hijas), lo pasamos en grande ellos montando, y yo viendo cómo lo pasaban mis hijas. Aitor descontento porque habían montado todos menos yo, dedicó un día para investigar la forma de que yo montara, y lo consiguió, buscó un chaleco con anillas y otro protector de hípica, me montaron entre dos, (Aitor y mi primo Fran) pasaron una cuerda entre las anillas y la silla de montar, me dejaron tan firme como un poste, y allí estaba yo como el Cid campeador en su última batalla, con la diferencia de que a mí me quedan muchas batallas más que librar.


Después de unos días nos trasladamos Pamplona, donde comimos con Mamen y Roberto, (gracias para los dos) una pareja genial de la que Mamen, es la hija de mi amigo Fernando, un compañero enfermo  como yo, al que fuimos a visitar por la noche en un pueblo de Huesca (Barbastro), donde cenamos en con él y Conchi, su mujer, lo pasamos muy bien y nos ofrecieron pasar otro día con ellos, accediendo a quedarnos, nos dejaron una casa a nuestra disposición, donde pasamos la noche, al día siguiente nos invitaron a comer en un restaurante, al llegar la noche cenamos y nos despedimos.

Desde aquí, quiero agradecerles a todos el inolvidable verano que nos han hecho pasar.
Tambien a mis primos de Mancha Real,  que con sus invitaciones no nos dejaron parar en casa.